01 octubre 2007

Secreto 2

"Trabajo en el Samur en la Comunidad de Madrid. Hace tres años me tocó hacer guardia en nochevieja. Eran las siete de la mañana, más o menos. Recibimos un aviso, había un hombre en la Gran Vía que no daba señales de vida. Yo llegué el primero y le tomé las pulsaciones en la muñeca. Estaba fría. Él estaba muerto. Tenía un fuerte olor a orines y a alcohol y a excrementos. En la mano, arrugado y sujeto, tenía un papel. Lo cogí y vi que había algo escrito a mano. Me lo guardé en el bolsillo sin pensar y no me volví a acordar de él hasta que terminé mi turno y me cambié de ropa. Ponía esto: Tengo las manos manchadas de sangre, y las venas atragantadas de grasa y un brillo negro en los zapatos que se cuarteará cuando se seque. Me miro y he dejado de verme, y de olvidarme y de quererme. Me miro y me he dejado, como un puñado de tierra seca en el centro del desierto, sobre la arena, mierda en la mierda, muerte en la muerte. Con los zapatos mojados y las venas atragantándose, así he dejado de verme. La sangre, la grasa, el brillo, se cuartearán cuando se sequen.
La autopsia dijo que se había suicidado a base de narcóticos y alcohol. Nunca le enseñado la nota a nadie. Os la dejo a vosotros."
Nos lo envía Roberto (el nombre es ficticio).

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